Mar del Plata, conocida como “La Feliz”, es hoy uno de los destinos turísticos más emblemáticos de Argentina, pero su historia se remonta a siglos atrás, cuando era un territorio habitado por pueblos originarios y explorado por misioneros jesuitas. A continuación, recorremos la evolución de esta ciudad costera, desde sus orígenes humildes hasta convertirse en la capital turística del país.

Orígenes: Pueblos Originarios y la Presencia Jesuita

Antes de la llegada de los europeos, la región que hoy ocupa Mar del Plata estaba habitada por pueblos originarios, principalmente los puelches y tehuelches. Estos grupos nómades vivían de la caza, la pesca y la recolección, aprovechando los recursos de la costa y las sierras cercanas. La zona, con su abundancia de lobos marinos y moluscos, era un lugar estratégico para su subsistencia.

En el siglo XVIII, los jesuitas llegaron a la región como parte de su labor misionera. En 1746, fundaron la Reducción de Nuestra Señora del Pilar, cerca de lo que hoy es la Laguna de los Padres, a 12 km del centro de Mar del Plata. Este asentamiento buscaba evangelizar a los pueblos originarios y enseñarles técnicas agrícolas. Sin embargo, tras la expulsión de los jesuitas en 1767, la misión quedó abandonada, y la zona permaneció deshabitada por varias décadas.

El Nacimiento de Mar del Plata: La Estancia de los Ortiz de Zárate

En 1837, las tierras de la región fueron adquiridas por Juan Manuel Ortiz de Zárate, quien estableció una estancia ganadera conocida como “Laguna de los Padres”. Este fue el primer asentamiento permanente en la zona, aunque su actividad se limitaba a la cría de ganado y la producción de tasajo (carne salada) para exportar. En 1856, Ortiz de Zárate vendió las tierras a José Coelho de Meyrelles, un comerciante portugués que instaló un saladero y comenzó a explotar los recursos del mar, como la pesca de lobos marinos.

El verdadero punto de inflexión llegó en 1873, cuando Patricio Peralta Ramos compró las tierras y fundó oficialmente Mar del Plata el 10 de febrero de 1874. Peralta Ramos, considerado el fundador de la ciudad, trazó las primeras calles y promovió el desarrollo del pueblo. Nombró a la localidad “Mar del Plata” en honor a la belleza de sus playas, que recordaban a las descripciones de la Costa de Plata en Europa. En sus primeros años, el pueblo era un pequeño asentamiento de pescadores y estancieros, con casas de adobe y un muelle rudimentario.

El Auge Aristocrático: Mar del Plata como Destino de Veraneo

A finales del siglo XIX, Mar del Plata comenzó a transformarse en un destino de veraneo para la élite argentina. En 1886, la llegada del ferrocarril, gracias a la construcción de la línea del Ferrocarril Sud, conectó la ciudad con Buenos Aires, facilitando el acceso para las familias adineradas. Ese mismo año, se inauguró el Hotel Bristol, el primer gran establecimiento turístico, que marcó el inicio de la era dorada de Mar del Plata como balneario de lujo.

Las familias porteñas más influyentes, como los Anchorena, Martínez de Hoz y Alvear, comenzaron a construir residencias de verano en la zona, especialmente en el área que hoy conocemos como Los Troncos. Estas casas, de estilo europeo con influencias británicas y francesas, reflejaban el gusto aristocrático de la época. En 1888, se creó el Balneario La Perla, el primero de la ciudad, que ofrecía baños de mar con carpas de lona y servicios exclusivos para los veraneantes.

En 1910, se celebró la primera Fiesta del Mar, un evento que buscaba promover el turismo y que incluyó la elección de la primera Reina del Mar, Emilia Bonacci. Este acontecimiento consolidó a Mar del Plata como un destino de prestigio, atrayendo cada vez a más visitantes.

El Puerto y la Industria Pesquera

A principios del siglo XX, el puerto de Mar del Plata comenzó a tomar relevancia. En 1913 se iniciaron las obras para construir un puerto comercial, que se inauguró oficialmente en 1924. Este puerto no solo impulsó la pesca, sino que también facilitó el comercio y la llegada de inmigrantes, principalmente italianos y españoles, que trajeron consigo tradiciones como la elaboración de conservas y la construcción de barcos pesqueros.

La industria pesquera creció rápidamente, y Mar del Plata se convirtió en uno de los puertos pesqueros más importantes de Argentina. La captura de merluza, calamar y langostinos, junto con la presencia de los lobos marinos en la “Lobería del Puerto”, atrajo a los primeros turistas curiosos por conocer la vida marítima de la ciudad.

La Democratización del Turismo: Mar del Plata para Todos

A partir de la década de 1930, el turismo en Mar del Plata comenzó a democratizarse. La construcción de la Ruta 2 en 1938 y la mejora de los servicios de transporte hicieron que la ciudad fuera más accesible para las clases medias. En 1941, se inauguró el Hotel Provincial y el Casino Central, un complejo monumental que se convirtió en un símbolo de la ciudad y atrajo a multitudes con su oferta de entretenimiento.

Durante las décadas de 1950 y 1960, Mar del Plata se consolidó como la “capital turística argentina”. Balnearios como Playa Grande, Punta Mogotes y Playa Varese se llenaron de veraneantes, y la ciudad comenzó a desarrollar una infraestructura turística más diversa, con cines, teatros y restaurantes. La Fiesta Nacional del Mar, declarada de interés nacional en 1972, se convirtió en un evento clave para promocionar el turismo, con espectáculos, desfiles y la elección de la Reina del Atlántico.

Mar del Plata Hoy: Un Destino para Todo el Año

En las décadas siguientes, Mar del Plata diversificó su oferta para convertirse en un destino atractivo durante todo el año. Además del turismo de playa, la ciudad comenzó a destacar por su vida cultural, con espacios como el Centro Cultural Victoria Ocampo y el Teatro Auditorium, que albergan festivales, exposiciones y obras de teatro. Eventos como el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, iniciado en 1954, consolidaron su reputación como un centro cultural de relevancia.

La ciudad también se convirtió en un punto clave para los deportes acuáticos, como el surf y el windsurf, especialmente en playas como Playa Grande y Waikiki. La Laguna de los Padres y la Sierra de los Padres ofrecen opciones para los amantes de la naturaleza, con senderismo, pesca y paseos al aire libre.

La historia de Mar del Plata es un reflejo de su capacidad para transformarse y adaptarse. Desde sus orígenes como un asentamiento jesuita y un pueblo de pescadores, hasta convertirse en el destino turístico por excelencia de Argentina, “La Feliz” ha sabido combinar su riqueza natural con una oferta cultural y recreativa diversa. Hoy, con sus playas, su puerto, sus festividades y su legado histórico, Mar del Plata sigue siendo un lugar que enamora a visitantes de todas las edades, invitándolos a descubrir la magia de la costa atlántica. ¡Un viaje a esta ciudad es también un viaje a través de su fascinante historia!